La glucosa, tras la digestión, llega por la sangre al resto del organismo, fundamentalmente a los músculos. Sin embargo, los músculos necesitan una sustancia, la INSULINA que a manera de llave, permite la entrada de glucosa en las células.
Las personas con diabetes tenemos una alteración en el funcionamiento normal del organismo, que se produce por dos razones:
- Porque el páncreas no produce insulina.
- Porque aunque haya insulina, ésta no puede llegar a cumplir su función.
Cuando por alguna de las dos razones la glucosa no puede ser utilizada por el organismo, se produce un aumento de la misma en sangre.
No toda la glucosa que está en sangre se consume sino que una parte se almacena en el hígado en forma de glucógeno de que se vuelva a transformar en glucosa cuando sea necesario (ejercicio, ayuno).
Cuando la ingesta de hidratos de carbono es superior al consumo energético celular, ese exceso de glucosa que no puede ser almacenado en el hígado, es transformado y guardado en forma de grasa en nuestro organismo, produciéndose un aumento de peso.
Esta informacion está obtenida de la Guía de diabetes para personas afectadas y cuidadores de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía.
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